sábado, 27 de junio de 2009

La Torre de la Tía Tomasa o la Torre Blanca

Se trata del torreón más significativo de cuantos conforman el lienzo de muralla. Situada en el tramo medio de las murallas, tiene una forma octogonal y es de dos plantas. Su construcción está realizada con tapial blanco. El tapial era una antigua forma de construir muros con arena arcillosa compactada a golpes. Aquí puede verse que los guijarros son pocos y muy pequeños y su color blanquecino (de ahí su nombre) procede de la cerámica machacada que actía como compactante. Su construcción también se sitúa entre la última parte del siglo XII y comienzos del XIII.






El torreón, que da nombre a la calle que une la calle Macarena con la Plaza del Pumarejo, dispone de ochenta metros cuadrados de planta y se podía subir por una escalerilla situada en el lateral del flanco del muro y que puede verse desde la calle Macarena. La escalera da acceso a adarve dividido en cuatro tramos que están cubiertos por bóvedas. Un interior que hoy en día desgraciadamente no se puede visitar.





Una vez que la Torre Blanca dejó de usarse para fines militares este bonito torreón fue refugio de la indigencia y de personas con nulos recursos además de formar parte de la fantasía. Su sobrenombre de torre de la Tía Tomasa se debe a que en dicha torre se cobijó, en el siglo XIX, una anciana llamada así.


También forma parte de las leyendas curiosas y cuentos tradicionales al ser refugio del diablo Rascarrabia el cual se transformaba en mono y emitía aullidos que asustaba a los habitantes del barrio. Otro "habitante" de la torre era el duende Narilargo que recorría cada noche el adarve y desde allí lanza piedras a todo aquel que pasaba por allí.

martes, 16 de junio de 2009

Las Murallas de la Macarena

Durante muchísimos años los orígenes de esta bella construcción fueron considerados romanos incluso por historiadores de Sevilla como José Gestoso pero los estudios realizados durante el segundo cuarto del siglo XX por Juan de Mata Carriazo, Manuel Gómez Moreno y Leopoldo Torres concluyeron en que su origen es islámico. De hecho formaban parte de un fuerte sistema defensivo colocado en la ciudad durante la época almorávide o del califato almohade. Incluso la propia construcción escalonada entre la muralla y la barbacana y la separación existente entre ambos “muros” son propias de la época del califato almohade. Durante los trabajos de restauración realizados entre los años 1985 y 1986 por Campos Carrasco y Moreno Menayo quedaron confirmados estos orígenes datándose la construcción entre los años 1168 y 1222.



Desde entonces hasta el siglo XIX el recinto se conservó íntegramente y puede contemplarse en la fotografía más antigua existente de la zona, la realizada por el fotógrafo francés afincado en España, Laurent Minier en el año 1851. A partir de ahí los deseos de modernización y expansión de la ciudad de Sevilla por parte de los políticos de la época hicieron que se derribara una parte de las murallas las cuales tienen su extensión en la zona de los Jardines del Valle. Incluso tuvimos suerte cuando en 1931 la moción del Cabildo municipal rechazó una moción proponiendo "la demolición inmediata de las murallas de la Macarena", presentada por el capitular republicano Ildefonso Cuesta González, el día 14 de agosto de dicho año.



Las murallas separan a la calle Macarena –intramuros- de la calle Andueza, Muñoz León y la Ronda de Capuchinos y recorren un sinuoso itinerario que va desde la zona Norte, la de la Macarena (el actual Arco) a la parte Este, la Puerta de Córdoba. A lo largo de todo ese recorrido podemos contemplar hasta ocho torres siendo la más famosa de todas ellas la Torre Blanca también conocida como de la Tía Tomasa. En todos estos itinerarios podemos ver dos postigos abiertos, uno al final de Antonia Saenz y otra entre el final de las calles Patricio Saenz y Torreblanca. Ambos postigos fueron abiertos a finales del siglo XIX cuando se estaba urbanizando la zona que por entonces se denominaba Huerto de los Toribios.

El postigo situado entre Patricio Saenz y Torreblanca visto desde Muñoz León

Recientemente se han restaurado grandes lienzos de la muralla, se ha habilitado un cómodo acerado con arboles a lo largo de la calle Macarena, se ha recogido la zona verde colindante con la zona conocida como La Pastora y se ha colocado un monolito en recuerdo de los republicanos allí fusilados. Pero lo que no es posible aún es, como en otras ciudades españolas como Ávila o Gerona, es recorrer las murallas por dentro pese a las promesas que se hicieron en 2007 desde el Ayuntamiento. Por otra parte tampoco vendría mal un poco de limpieza en la zona aunque eso bien merece un capítulo aparte.

La Torre Blanca o de la Tía Tomasa. La casita del duende...

martes, 2 de junio de 2009

El Desalojo de la Fábrica de Sombreros y el barrio


No pensaba hacer alusión en mi blog, ni por asomo, al desalojo de la Fábrica de Sombreros de la calle Heliotropo. Pero esta mañana al salir de casa me encuentro como en el antiguo lienzo de la muralla de la Macarena situado al final de la calle Fray Diego de Cádiz, simpatizantes de dicha Fábrica han realizado un pintada en plena muralla. Algo que, como ciudadano y habitante de mi barrio me ha dolido por no decir otra palabra.

¿Estos son los que dicen hacer actividades culturales en el barrio? ¿Así se hacen? ¿Pintando un monumento histórico con algunos siglos? ¿Estos son los que reactivan el barrio con sus acciones? La verdad es que mi postura frente al desalojo estaba un poco dudosa en tanto en cuanto pienso que ni se puede tener un local permanentemente cerrado aglutinando suciedad y ratas ni se puede ocupar el primer edificio del centro que uno se encuentre, pero cuando veo estas pintadas creo que al final me alegro por el desalojo.

Por cierto en un video de este grupo al que se le llena la boca de ser antiviolentos bien que le revientan una tarta en la cara al político del distrito centro, de IU, en plena plaza de San Marcos. Quizá no le haya sentado bien tomar su propia medicina. ¿Esta es la tolerancia que tanto propugnan?

No, nos servís, a la mayoría de la gente del barrio lo que nos gusta y lo que queremos es vivir en paz; convivir con todos, tengan las ideas políticas que tengan; vivir en un barrio limpio, seguro y que nuestros niños puedan jugar sin tener que estar pendientes de que se claven un cristal de litronas o estar oliendo a porros. En definitiva queremos vivir tranquilos y cada día está más claro que estos salvadores decimonónicos de no sé que república no nos representan a los vecinos por mucho que ellos lo propugnen.